Aceptar y buscar ayuda: los primeros pasos para enfrentar el duelo por un hijo con discapacidad
Es una experiencia conmovedora. Dolorosa ¿Cómo se puede llamar ese proceso cuando se le informa a los padres que su hijo tiene alguna discapacidad intelectual, un problema emocional o alguna necesidad educativa especial? Es un duelo.
Por Dhameliz Díaz
Mientras tanto, puede que se produzcan enfrentamientos entre los padres que quieren que su hijo encaje en la escuela y culpa a los docentes por las limitaciones que se pueden presentar en el desempeño escolar. O al revés, docentes y orientadores que no consiguen conectar con los padres para buscar soluciones ¿Entonces?
Para aproximarnos al tema conversamos con la psicopedagoga y orientadora Ana Tellechea.
¿Cómo se aborda el duelo de los padres?
-El término es muy acertado: Es un duelo que se inicia cuando vemos a un papá evasivo, negado, que se conflictúa consigo mismo y con la escuela, el ambiente más cerca fuera del hogar. Aceptar no es fácil, confrontar que el hijo tiene un diagnóstico de discapacidad intelectual o con algún problema de aprendizaje.
Son pocos los casos cuando recibimos a un papá que nos puede hablar francamente sobre la condición o trastorno de su hijo. Incluso tienen sentimientos de culpabilidad. ¡Lamentablemente, no podemos entrar en esa mente y en ese corazón para que entiendan que no están solos!
¿Cuáles son los primeros pasos?
-Los padres tienen que dar los primeros pasos: Enfrentar, aceptar y buscar ayuda. Mientras estén en el proceso de evasión, se pierde un tiempo muy valioso para intervenir tempranamente.
Hay padres que observan a sus hijos, sospechan y cuando tienen el diagnóstico sienten como una “liberación”, aunque sienten tristeza, frustración y preocupación porque puedan ser estigmatizados por la condición de su hijo.
¿Aceptar la condición de su hijo hace más fácil insertarlo en la escuela? ¿O hay otros elementos en la institución que les cuesta aceptar a niños con necesidades educativas especiales?
–Este conflicto de no saber que hacer lo vive el padre y lo vive la escuela. El padre, porque no sabe si al solicitar un cupo para su hijo pueda recibir una denegación. La escuela, puede decir que no está capacitada para atender al hijo. Pero hay una realidad que plantea actualmente el sistema educativo, que casi obliga a las escuelas a implementar el aula inclusiva. Lo que quiere decir, que debe estar capacitada para recibir estudiantes con necesidades educativas especiales en el aula regular.
Sería ideal que muchas escuelas pudieran ser inclusivas, pero también nos encontramos con las circunstancias sobre si el personal está o no preparado. Si ha recibido instrucciones y actualización permanente, porque no es igual recibir en un aula regular a estudiantes con necesidades educativas especiales.
Si no se tiene conocimiento sobre las dificultades en el aprendizaje y en el aula tiene un estudiante con Asperger o con Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad, la maestra puede entrar en conflicto porque lo tiene en su aula durante toda la jornada escolar.
¿Qué papel juega en el aula inclusiva el docente, el psicopedagogo, el psicólogo y otros especialistas para aceptar en un aula regular a niños con alguna discapacidad?
-Se necesita un trabajo interdisciplinario en la escuela, llámese docente, director, departamento de control de estudios y evaluación, orientadores, psicopedagogos si los tienen. Pero también fuera de la escuela.
¿Qué les aconsejaría a los padres que también tienen que lidiar con el duelo del hijo quien puede estar experimentando su propio dolor porque se siente diferente en relación a sus compañeros?
-Los papás siempre deben estar actualizados en cuanto a la condición de su hijo y los chequeos periódicos que deben tener en el ámbito neurológicos, psicológico, atención psicopedagógica. Mientras los padres tienen más herramientas mejor será su intervención, así como la comunicación entre padres y docentes. A veces en el mundo escolar los muchachos se comportan de una manera diferente a cuando están con mamá y papá. Están más de su cuenta. A veces somos testigos de situaciones en la escuela que asombran a la familia.